viernes, 30 de mayo de 2014

Lindezas a granel

Friki. (RAE) : Extravagante, raro, excéntrico. Persona pintoresca y extravagante.
Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.


Comienzo aludiendo a este término porque al jurista Jiménez Villarejo  le ha causado perplejidad y asombro como no podía ser menos. Claro que también debe ser todo un placer, para él, que después de  una dilatada y prestigiosa carrera profesional, termine en un movimiento catalogado como Friki a sus 78 años.

No ha pasado ni una semana desde el día electoral  y, sin embargo, da la sensación de que el partido Podemos lleva ya varios lustros en la vida política si observamos el juicio ( sumarísimo a cargo de algunos medios y personajes ilustres ) a que está siendo sometido y, muy en particular, su líder Pablo Iglesias. No es el momento de traer aquí el rosario de exabruptos vertidos en tan pocos días transcurridos, aunque tenga que  hacer alusión obligada a las declaraciones que desde la supuesta izquierda oficial  ha realizado, nada más y nada menos, que Felipe González: " ...Temor ante la catástrofe sin paliativos que supondría  para España y Europa que prendan  alternativas bolivarianas influídas por algunas utopías regresivas". Ahí queda eso. Es más fácil criticar movimientos que surgen de la desesperación  y la indignidad antes que hacer una introspección. ¿Acaso no es una catástrofe lo que  están viviendo ya millones de ciudadanos, y muy especialmente la juventud con toda su vida por delante?. Es imposible entender y aceptar este ataque de González, cuando él  mismo irrumpió desde  la nada allá en el 82 -hace treinta y dos años-, con la promesa de un cambio que le aupó a la cima con  202 diputados, salvo que ya entonces todo fuese una mentira premeditada ( ver el programa electoral de entonces para ver que quedó de aquello en muy poco tiempo) y ahora sea consciente de que la nueva generación  puede ir en serio.
Si recordamos  el inicio del Movimiento 15M,  hace ahora 3 años, no podemos olvidar cómo el gran fallo que se le criticaba era precisamente no entrar en la vida política y someterse al veredicto de las urnas. No bastaban las manifestaciones ni las protestas. Era necesario cristalizar como partido  y articularse para tener futuro y " mojarse". Era un reclamo general a un movimiento que ya en principio gozó de una amplia simpatía popular.
Bien, pues sin prisa pero sin pausa, aquí están. ¿Cómo es posible que al día siguiente de conseguir un éxito electoral indiscutible no se espere a su rodaje antes de lanzarles   críticas tremendas y descalificaciones de todo tipo?. ¿El mensaje constante desde el poder no es aceptar las reglas de juego y desde esa premisa participar? . Entonces, ¿A qué vienen estos ataques por el  hecho de conseguir 5 diputados?
¿Acaso, muchos de aquellos que querían su incorporación a la vida pública, pretendían tan sólo que fuesen un pequeño adorno que justificase al propio sistema democrático como catalizador de todas las ideologías?. No dudo de ello viendo la reacción que ha suscitado, sobre todo entre  los dos grandes, cuando han comprobado que más que un pequeño adorno bien acotado, es un movimiento que ha irrumpido con fuerza en el panorama político  y que  como bola  de nieve puede ir a más  y alterar definitivamente el mapa político de las últimas décadas. El aire fresco, tan deseado,  ha entrado  y sin duda alguna hará modificar el necrosado tejido de instituciones y partidos. De todos. De ahí su irritación. No tanto por el presente como por la mirada puesta  en las próximas elecciones municipales y generales.
Es un partido sometido a las urnas. No se le puede calificar de antisistema. Respeta las instituciones y estará en un Parlamento. ¿No es suficiente para darle, al menos, un recibimiento lleno de respeto?. ¿No es una irresponsabilidad  comparar a este movimiento con aquellos otros que pregonan que la calle es el lugar del debate y de las decisiones por encima de todo y fuera de las instituciones?. Si no entran en las instituciones es malo y si entran es igualmente malo?
Tal vez deberían recordar los partidos que han protagonizado la vida política de los últimos treinta y tantos años que su hora y su tiempo han pasado aunque sólo fuese por motivo generacional. Después de todo es lo mismo que hicieron aquel puñado de jóvenes treintañeros y sin experiencia alguna cuando tomaron el poder- renovador-, del PSOE  histórico. Los que formaron parte del primer gobierno de Felipe González tenía una media de edad de 34 años en 1975. De 37 años cuando se aprobó la Constitución y de 41 cuando se formó el primer gobierno socialista en 1982. Fue, recordemos, la enorme ilusión  de entonces para millones de personas.
¿Por qué se siguen negando a aceptar los nuevos tiempos que ya no les pertenecen?. Es la hora de las nuevas generaciones, de otros enfoques, de nuevas ilusiones, de nuevas formas, de nuevas metas, .... Guste o no, es su hora. Aunque eso implique el final, por fín, del bipartidismo y de un ciclo político que comenzó hace la friolera de 39 años. Justo los mismos años que transcurrieron desde el golpe militar hasta 1975, en que aquella generacion comenzó su momento y el inicio de la Transición.
No sé cual será el futuro. Pero me interesan las ideas políticas  que empiecen por comprometerse con la honestidad y con la limpieza de tanto lastre de nuestro sistema. También, hablar un poco más de democracia, de las personas y de otros valores en vez de tanta macroeconomía y de los dioses mercados.
El diluvio de descalificaciones  y campañas orquestadas que van a verter sobre Podemos ( o sobre el intento de integración de partidos de izquierda) será directamente proporcional  al miedo que , en determinados sectores del poder, produzca  su crecimiento y su peso político.
En ello están ya. Sin concesiones. Declarándolo, de entrada, movimiento non grato para el sistema antes incluso de recoger su acta de diputados. Irán contra todo lo que suponga cambio real aunque sea a través de la legitimidad de la  palabra y el voto.
Una de las consignas coreadas del 15M era: "Le llaman democracia y no lo es". ¿Terminarán dándole la razón los poderes establecidos?.

viernes, 23 de mayo de 2014

Urnas (poco) seductoras

" No entiendo el entusiasmo por los partidos pequeños. 
 PP y PSOE vamos a seguir siendo el eje central
de la representación política española"

( Ramón Jauregui.- Candidato PSOE-  "Eldiario, es , 22 de mayo)

Habría que preguntarse si, en realidad, ha habido campaña electoral o, más bien, todo ha sido la guinda del pastel de la desmotivación a cargo fundamentalmente  de las dos grandes formaciones. Es demasiado el hartazgo, el cansancio y la desesperanza en estos dos partidos. Lo quieran ver y entender o no.
Unos debates precocinados y enlatados. Una periodista sin capacidad de preguntar. Unos temas consensuados como intocables. Unos monólogos inútiles con el consabido "y tú más". Unos mensajes para amedrentar a la ciudadanía. Una puesta en escena dirigida más bien a súbditos,  que no a ciudadanos con capacidad de pensamiento, de memoria  y de análisis. Una campaña en las que nada se ha hablado sobre Europa  salvo frases huecas, abstractas y flotantes. Con todos esos ingredientes pretenden que al resultado le llamemos debate. ¿Se menoscaban de esta manera los comportamientos democráticos? ¿se educa y forma así a la ciudadanía en este caldo de cultivo?.
Me refiero a las dos grandes formaciones porque son ellas, y solamente ellas, las que han contado con más medios de todo tipo para la campaña, porque son las que tienen más peso y, sobre todo, porque son ellas, y solamente ellas, las que gobiernan en la Unión Europea y en  cada uno de los países miembros. No han sido ni son invitados de piedra. Son los que, en plan castizo, han sido y siguen siendo los que cortan el bacalao.
Quiero decir, por tanto, que  haber llegado a la actual situación  se debe  a  políticas de acción u omisión,  a lo largo de años, de estas dos formaciones. Y escuchándoles estos días daba la impresión de que nada tenían que ver con el fiasco en que nos encontramos. ¿Es que acaso necesitan ahora  alcanzar un puesto relevante  para cambiar el rumbo? ¿ No estaban ya en el Parlamento Europeo como fuerzas mayoritarias para haber parado esta ola gigantesca de devastación? ¿Es que acaso no abrieron puertas para la entrada  de aguas cuando reformaron la Constitución - ¡ algo increíble!- debido al famoso y obligado déficit cero? ¿Qué nos cuentan ahora? ¿Que como dice el cartel hoy no se fía pero mañana sí, y mañana vuelta a lo mismo?
Nada se ha hablado estos días  sobre la corrupción  y su vergonzosa impunidad, ni sobre el paro inaguantable, ni sobre las políticas sociales, ni sobre la primacía de los intereses ciudadanos por encima de intereses de mercados. Nada se ha dicho sobre la exclusión social galopante, ni sobre la cohesión social, ni sobre las cada vez mayores diferencias Norte-Sur, ni sobre la inmigración, ni sobre las profundas desigualdades sociales. Nada sobre los problemas  que de verdad atañen a los ciudadanos.
Ya digo, unos discursos sin contenidos y sin compromisos concretos, lleno de vaguedades  y  pidiendo el voto para mejorar, como si ellos no fuesen los que llevan el timón de la nave. Como si quisieran llegar por primera vez al Parlamento y a los órganos ejecutivos ( si es que los hay).
Aquí, en España, hemos dedicado varios días  a debatir sobre la impresentable frase del candidato Cañete en el vergonzoso debate mano a mano con la candidata Valenciano. Aunque evidentemente la frase de Cañete sobre la superioridad masculina es un insulto a la inteligencia, el PSOE se planta firme contra esa intervención y se olvida de la campaña. Frase viene, frase va y poco más. Ojalá tuviese la misma firmeza para otras cuestiones no menos importantes. Ojalá. Por ejemplo para no haber firmado el deficit cero en contra de las personas y a favor de los mercados, o para decir un rotundo no a la Troika.
 Plantarse  firme, pero en firme de verdad, habría que hacerlo sobre el paro insoportable   y sobre una juventud a la que se le está robando el futuro. Y puestos a plantarse contra  la " superioridad masculina" habría que hacerlo, por ejemplo, contra la sucesión a la Corona que favorece al  varón por encima de lo que marca la Constitución respecto a la no discriminación por razón de sexo. ¿Por qué callan ahí?. No debe ser el momento. Nunca lo fue. 
Es previsible una abstención histórica. Ciertamente no es lo deseable, aunque si entramos en los terrenos de la lógica  igual encontraríamos más de una razón para entender- que no compartir- , esta postura de mirar para otro lado. La representatividad quedará seriamente tocada, admitiendo por supuesto  su legalidad,  si el partido ganador lo es con un número de votos  enormemente  alejado del total de la  población censal. Pero eso siempre les importó un bledo. 
Es previsible que la extrema derecha ascienda de forma considerable y empecemos a asumir como normal que por ejemplo en Francia, emblema de valores democráticos, el partido de Marine Le Pen se convierta en la primera fuerza política. Gravísima situación si  consideramos que nunca la extrema derecha había conseguido tal fuerza en Europa desde la segunda gran guerra.
Es previsible que los dos grandes se mantengan a pesar de su sangría. Y que lleguen a aunar esfuerzos  si se ven en peligro, como si esa fuese la solución.
El cuadro no es nada halagüeño: gran abstención, aumento de la extrema derecha  y  más de lo mismo a cargo de los dos grandes en el poder y con tendencia a una unificación estratégica para salvarse a sí mismos.
Ante esta complicada situación, no queda otra que dar  el voto útil ( pero útil de verdad), a  esos partidos  con un  claro y firme compromiso de cambio. A esos partidos ninguneados, zarandeados y machacados con toda la propaganda en su contra, y  que tanto temen en el fondo. Abrir esta vía, es dar oxígeno a una situación social, económica y política necesitada de profundos cambios. Nuevas luces, nuevas formas, nuevas ideas. Nuevos sueños. Con la ilusión desbordante que nos han ofrecido y que en estos momentos de apatía es impagable.
Por eso creo que  el Domingo es necesario votar. Aunque, evidentemente, la democracia sea mucho más que votar cada cuatro años  la lista completa y ordenada que nos pongan por delante. 
Hay que agarrarse con fuerza a la esperanza y a la ilusión de que es posible. Jamás podrán recortarnos eso.
No somos conscientes del inmenso poder que tenemos. Si no, otro gallo cantaría. U otra gaviota u otra rosa.

viernes, 16 de mayo de 2014

Al menos lo parecen

Evidentemente no son iguales. Tienen siglas diferentes, orígenes distintos, líderes específicos, sedes determinadas, militancia  variada, .... Incluso hasta sensibilidades concretas  antagónicas. No obstante y partiendo de estas premisas, se me hace imposible, por más que lo intente, establecer  con meridiana claridad  una línea divisoria  entre dos ideologías de orígenes tan dispares. Esta percepción  instalada en buena parte de la sociedad  es  todo un síntoma de que algo está fallando  cuando es difícil distinguir  entre partidos   opuestos entre sí.
Perder la sensibilidad  hasta no distinguir lo dulce de lo amargo, aún siendo un tema serio, me parece que no es  tan grave como que una sociedad tenga problemas para distinguir,  incluso a pequeña  distancia,  ideologías políticas opuestas. Porque no olvidemos, queramos o no, que son las ideologías- por más que insistan en su inexistencia-  las que  marcan, para bien o para mal, nuestra vida cotidiana.
Resulta absurdo ver un debate televisivo- por llamarlo de alguna manera- entre el candidato y la candidata de los dos grandes, asegurándonos  e insistiéndonos una y otra vez que no son iguales. No habría que incidir en ello ni una sola vez. Bastarían sus  pensamientos. ¿ Nos imaginamos  a un carnicero y a un frutero tratando de convencer a su potencial clientela  de que son tiendas distintas y que ofrecen distinta mercancía?. Sería algo absurdo y fuera de toda lógica. Cosa diferente sería, que dos carnicerías  o dos fruterías  tratasen de ofrecer la mejor carne o la  mejor fruta en leal competencia.
 La derecha y la izquierda  por muy de centro que se proclamen,  son - o deberían ser-, productos ideológicos distintos y no un mismo producto donde lo único que se  discute  es si uno  es mejor que el otro y viceversa.  ( cámbiese por el..... y tú más).
Mucho ha tenido que ver en esto la deriva hacia una socialdemocracia que, sin duda, ha dañado considerablemente la esencia y el territorio ideológico de un socialismo que fue paulatinamente  abandonado en nuestro contexto  europeo, cuando como se decía entonces - hace ya décadas-, había que reciclar las ideologías  trasnochadas y mirar con firmeza  los albores del siglo XXI.
 El discurso oficial nos hablaba de otro tiempo nuevo y diferente en el que las  ideologías arcaicas, más propias del siglo XIX y buena parte del XX, ya no tenían cabida. Se olvidó algo importante o, acaso, el diseño trazado no lo contemplaba adrede. Lo cierto es que una ideología conservadora y conocida   como capitalismo, no sólo no hizo renuncia de sus principios tradicionales, sino que fue tomando posiciones  hasta convertirse en la apisonadora que es ahora, ya sin miramientos, y dejando al poder político surgido de las urnas y amparado por el sistema democrático a los pies de los caballos. ¿ Pertenece la Troika  al organigrama de la Unión Europea?. No es una cuestión baladí si  aceptamos el poder omnímodo que tiene sobre los países miembros. 
Estando en el punto de mira  el Estado de Bienestar debido a  los cambios de grueso calado que se están produciendo en territorios que parecían infranqueables ( sanidad, Educación, pensiones, dependencia,...),   como consecuencia de recortes brutales y a la primacía de lo privado sobre lo público, surge una pregunta. ¿ Qué le queda a la socialdemocracia  al menguar o desaparecer los servicios sociales?. Si acaso un tremendo vacío ideológico al no disponer ya de un pensamiento propio capaz de incidir en  las estructuras financieras y económicas  que condujesen , por extensión, hacia una sociedad más igualitaria y cohesionada. Todo lo demás  es ficción.
Por eso se me hace muy difícil distinguir a dos partidos,  como son el PP  y el PSOE, que aún siendo en teoría diferentes, su praxis  es  idéntica  cuando los recortes, que no el  pensamiento socialista del último, le conducen a ello. Tal vez, la socialdemocracia  tendría su espacio definido  frente a un capitalismo reciclado y convertido en socialcapitalismo. . No es el caso.
La corriente  neoliberal surgida, no por casualidad,  a mitad del siglo XX, y aparentemente desubicada ideológicamente, nos conduce en este principio de siglo a épocas que creíamos ya  superadas. Lo único que al parecer se superó fue la ideología  y los principios  de un socialismo que derivó en  socialdemocracia. Al perder su identidad y su pensamiento  se hace muy difícil distinguirlos.
Produce desasosiego que el  referente máximo de nuestra  socialdemocracia, afirme sin ruborizarse que no vería mal, si fuese necesario para el país, un gobierno de concentración. ¡ Qué desastre!.
¿ Cómo distinguirlos así?.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Elecciones Europeas

Se acerca  el día electoral. El convulso momento que vive Europa, a nivel económico, político y social, con muy serios problemas de índole comunitaria y de carácter doméstico en muchos de sus países, sitúan estas elecciones en una encrucijada llena, entre otras cosas,  de contradicciones. Por un lado, la alta dosis de apatía, cansancio e impotencia que están provocando en la población,  unas instituciones- incluido el Parlamento- mermadas del poder necesario para someter la economía a las directrices políticas procedentes de las urnas, y, al mismo tiempo, la imperiosa necesidad- debido a  lo anterior- de que cada uno mostremos en estos momentos nuestra posición ante todo lo que está ocurriendo. Es difícil mirar para otro lado. 
En esa balanza de dos platillos debe prevalecer, en mi opinión, la urgente obligación de usar nuestra palabra, a través de nuestro voto, para intentar alejarnos del precipicio en el que nos encontramos y abrir la brecha que nos devuelva la ilusión y la posibilidad real de construir la Europa de los ciudadanos  en la que el poder financiero y económico esté al  servicio de todos y no al revés. Creer en este camino es, ante todo, abrirle las puertas a las nuevas generaciones cuyo presente- y sobre todo futuro- está seriamente comprometido.
Desde nuestras muy particulares características como Estado de la Unión que somos- como Estado miembro y como Estado con una historia y comportamientos concretos- debemos afrontar el día 25, sin perder las ganas y el claro deseo de que avanzar es posible y de que las ventanas se abren cuando se tiene la voluntad de abrirlas.
No debe valernos ya el tan traído y llevado voto útil. El voto útil, adobado en fantasmas y miedos durante décadas, ha sido útil para aquellos partidos que lo pregonaban además de jibarizar la democracia. El único voto útil   es el que  cada cual decide desde su convicción  y firmeza,  por encima de otras consideraciones ajenas siempre a uno mismo.
No dejarse llevar por los recovecos  de una Ley Electoral diseñada para otra época que transforma la abstención,  el voto en blanco o el voto a partidos minoritarios, en un castigo para ellos y en un premio  sin parangón a los llamados " grandes partidos". Seguir el juego del voto útil es hacer que todo siga igual décadas y décadas como hasta ahora ha venido sucediendo. Es no tener la convicción de abrir ventanas.
La abstención activa, el voto en blanco y el voto a partidos minoritarios son opciones tan válidas  y útiles como la que siempre han propugnado los dos partidos alternantes a lo largo de más de treinta años.
Entre otras cosas porque reflejan de forma más diáfana el pulso real de la sociedad y también porque abren las puertas  a nuevas opciones y pensamientos, cuya riqueza agranda la vida democrática y, al mismo tiempo,  reduce considerablemente la creencia de que dedicarse a la vida política es una profesión de por vida más que un servicio a la ciudadanía.
Es tan grande el apego que se termina teniendo  a los cargos públicos después de tantos años ejerciéndolos, es tan enorme el nivel de endiosamiento y posesión de la verdad, es tan descomunal  la lejanía con los ciudadanos, que no les importaría formar un gobierno de concentración si ven el peligro real de perder el larguísimo ciclo bipartidista. Por muy antinatural que sea y aunque quedasen al país  sin alternativas. 
Hay vida detrás de ellos. Hay opciones. Propuestas. formas. Objetivos. Búsqueda de soluciones. 
Insisto. En mi opinión no hay voto más útil  que el que cada uno, libremente, quiera expresar de acuerdo a sus ideas en este momento.
Necesitamos perspectivas y posibilidades para acabar con el abatimiento y recobrar la ilusión. Incluso aunque uno se equivoque. ¿Por qué no?. 

viernes, 9 de mayo de 2014

Hacer sostenibles servicios públicos como la sanidad

Referirnos a los servicios públicos, cuestionados y sometidos a una presión sin precedentes desde la política  llevada a cabo por el Gobierno Central equiparando despilfarro e ineficacia con lo público, nos conduce a  pensar en  sus pilares básicos, como son la sanidad, la educación, las pensiones y las ayudas a la dependencia.
Todos ellos, posibilitan y  garantizan la necesaria equidad, el beneficio colectivo y la imprescindible cohesión social. Si se renuncia a estos objetivos o dejan de ser prioritarios, difícilmente podremos hablar de   una sociedad  basada en principios solidarios y democráticos como garantiza nuestra Constitución.
Dejo hoy esta entrada  para la  lectura y reflexión de un excelente artículo publicado en la sección Tribuna de El País ( 28 de abril, 2014).
Con el título " La sanidad privada no es más eficiente", Faustino Blanco, actual Consejero de Sanidad del Principado de Asturias, expone y analiza las claves - dirigidas al lector y al profesional,  usando  sus propias palabras-, para asegurar y hacer sostenible el necesario servicio público sanitario frente a la privatización del mismo, justificado - más bien  es una excusa ideológica-, por la  contención de gastos.
No hay que dinamitar lo público como se está haciendo en nombre de la crisis con  la  aparente intención de superarla. Entiendo que es justo al contrario: defender la sostenibilidad de servicios públicos esenciales para no llegar  a una crisis social de consecuencias imprevisibles.
Basta  con aplicar los correctores necesarios como  nos expone el Dr. Blanco con el objetivo irrenunciable  de proteger, precisamente,  a los sectores más vulnerables.
Les dejo con el artículo: 

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/04/28/actualidad/1398709326_670490.html


*  Faustino Blanco González  ( Gijón, 1953): Ldo. en Medicina  y Cirugía por la Universidad de Oviedo. Médico especialista MIR en Medicina Familiar y Comunitaria y con un dilatado curriculum preofesional y de gestión. 
En la actualidad es Consejero de Sanidad en el Principado de Asturias.




viernes, 2 de mayo de 2014

Crisis... ¿Qué crisis?

" Vamos a mejor y así hay que decirlo"
( Acto público de Mariano Rajoy en Lalín. 2 de Mayo)

Andaba yo mohíno y taciturno con esto de la cacareada crisis y  por nuestra fustigada y maltrecha clase política, cuando hace unos días leí en la prensa que nuestra Vicepresidenta  del Gobierno había afirmado ante los periodistas: " En mi puta vida he cobrado un sobre". ¡ Fuerte, eh!. He de reconocer que será la falta de costumbre pero esta frase inusual me ha calado y me ha puesto la carne de gallina. Frase contundente  y de gran alzada. También malsonante e impropia, tal vez,  de persona que ocupa un cargo público tan relevante. Sáenz de Santamaría habrá pensado que llamar al pan, pan y al vino, vino, es buena cosa aunque ellos nos mareen con sus apabullantes y continuos eufemismos. 
Vamos, que igual termina poniéndose de moda la castiza frasecita en cuestión  y descabalga de los primeros puestos en el escalafón de los cuarenta principales  a otras muy en uso como: " no me consta", " no recuerdo" o " lo desconozco" por ejemplo. Yo, la verdad, me sentiría más contento y alegre-pero mucho más alegre- si la larga y nunca acabada lista de imputados de distintos colores y sabores iniciasen su discurso aclaratorio con un rotundo: "En mi puta vida...", lleno de solemnidad y trapío.
¿Imaginan?. Piensen en el ejemplo que quieran -pónganles cara- y comprobarán cómo si se empieza con esa frase, aún careciendo de elegancia y refinamiento, lograrían, sin embargo, hacernos creer a pie juntillas todo lo que dijesen a continuación. La verdad - o no- pero revestida de contundencia. ¡Si señor!- Mucho mejor así. ¡Dónde va a parar!. Todo se ve con otros cristales. 
Si al confortable estado que me produjo la firmeza de la Vicepresidenta le añado ahora el discurso, sólo aparentemente mentiroso, de que la crisis ha llegado a su fin, entonces, todo es miel sobre hojuelas. 
¡La crisis! ¡La crisis!... ¡Qué Crisis?. Déjese de pesimismos trasnochados, impropios incluso en  un agraciado setecientoseurista. Aún recuerdo la irresponsabilidad con que hace unos años tildábamos  de mileurista - con sorna y desprecio- a todo aquel que cobraba semejante cantidad. ¡ Cómo fuimos capaces de tanta insensatez!.
Atrás va quedando la crisis como una mala pesadilla que un día nos azotó. Aunque, ¡sin impacientarnos, eh!. Que nos dan cuerda y ya estamos bailando, de nuevo, por encima de nuestras posibilidades. Pero vamos que la crisis ya puede entrar en los libros de Historia. Así, un poco a lo Quijote, leeremos pronto eso de: en un país multicolor hubo hace ya mucho tiempo una crisis de la que no quiero  ni acordarme y de la que nos sacaron con tesón, equidad y firmeza en poco tiempo".
Verán, puede ser cierto que los efectos no se vean - sería mucho pedir-, e incluso que tarden años en verse. Lo cierto es que los aires macroeconómicos han llegado para quedarse. El enfermo está curado, aunque no pueda levantarse de la cama  hasta vaya usted a saber. ¡Qué importa eso! Al fin y al cabo es algo irrelevante. Está curado y punto. Además la microeconomía- ya lo dice la propia palabra- es micro. Es decir, nada. Menudencias propias de gente propensa a la insatisfacción.
Cuestión de fe. Si no  vemos el final de la crisis es porque no valemos ni para ver eso. Culpa nuestra como todo. El poblema está en nuestros ojos, llámese miopía o vista cansada. No pensemos nunca, por tanto, que no ha terminado. No pudo ser antes a pesar de los buenos pronósticos desde el 2007 pero ahí está ya el 2017 esperándonos de verdad. Yo me lo creo y, bronceado  de un sano optimismo justificado,  no dudo de lo que nos cantan y difunden como coral de prestigio a una sola voce. Atreverse a poner en duda  que la crisis ha terminado es tanto como dudar de la palabra de nuestros gobernantes. Y eso ni hablar. ¿Es que han dado muestras  para que pensemos lo contrario?. Aunque en este caso no empiecen su discurso triunfante diciéndonos: " En mi puta vida he errado en un vaticinio ..." , he de reconocer que me lo creo aunque les falte la guinda de la contundencia poco refinada. Me basta con mirarles a los ojos.

Me siento contento esta tarde. Por fin  todo empieza a teñirse de verde. Nada de brotes ni pamplinas. Todo, todo va cogiendo un color verde optimista maravilloso. Así da gusto. El enfermo no mejora aunque todo es falsa apariencia. La realidad, la verdad incuestionable es que está curado. Y creer en las maravillas, aunque no las veamos, no tiene precio. 
No sé si escuchar ahora " Y viva España" .Así, entre " flores, fandanguillos y alegría ...", saborearé el placer único e irresistible de sentir cómo algo que comenzó llamándose crisis- anteriormente desaceleración-  terminó disolviéndose como azucarillo en el mar.
Hago mía ahora la  expresión de la Vicepresidenta :  " En mi puta vida creí que la crisis pasaría tan veloz y sin dejar mácula como rayo de luz que atraviesa un cristal".
Creánme. Mi contundencia- aunque  poco elegante y refinada-, así lo corrobora. Y basta.