Las despedidas son, casi siempre, momentos duros y amargos que uno preferiría no vivir. Sobre todo cuando los sentimientos han anidado o cuando los placeres vividos invitan a no perderlos.
No es el caso de este año que se nos va. Este año lleno de grosería, de infamia, de mentiras, de retrocesos y de despropósitos. De derrumbe de tantas cosas conseguidas y que nos están arrebatando a plena luz del día.
Así que bienvenida sea la desaparición de este año en que las cosas han llegado a torcerse impúdicamente.
Quiero que esta despedida sea con una sonrisa, con la mirada tranquila, y sabiéndonos poseedores de la razón ante la injusticia desencadenada en todos los frentes. En todos. Sin que por ello perdamos ni un ápice de esperanza ni el coraje necesario en la defensa de la dignidad, personal y colectiva, herida de forma salvaje y miserable.
Te invito, ahora que me lees, a escuchar el poema "Cantares" de Antonio Machado en la voz de Serrat, una de las bandas sonoras de nuestra vida y que en estos días ha celebrado su cumpleaños.. Versos únicos los de Machado que, en cierta manera nos recuerdan al viaje a Ítaca. No hay camino trazado, no hay final.....
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Todo pasa y todo llega
pero lo nuestro es pasar
pasar haciendo caminos
caminos sobre la mar.
....Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar
....
(Antonio Machado)
Esta entrada y esta canción va dedicada, muy especialmente, a todas las personas -anónimas y no anónimas- y colectivos que, a pesar del cansancio y de la atonía, se convirtieron en un grito sostenido. En una denuncia constante en el día a día haciéndose visibles y presentes en las calles y allí donde su voz se oyese, enseñándonos que el compromiso no ha muerto ni morirá. Recordándonos que el camino se hace al andar. Logrando que la palabra ¡Basta! haya ido creciendo hasta llegar a asustar a los desalmados.
Demostrándonos que cada uno no está solo ante todo esto y que la unión, como siempre ha sido, es la auténtica fuerza. (¡Cuantos desahucios salvados!).
Que nunca nada está perdido y que la resignación es, simplemente, rendición, abandono y paso atrás.
Que nunca nada está perdido y que la resignación es, simplemente, rendición, abandono y paso atrás.
Así se ha hecho camino. Que germine en los meses por llegar del nuevo año.
Es mi deseo en este simple cambio de calendario.